Félix Bolaños: el fiel peón que pone orden en Moncloa y al que algunos ya ven como ministro

Moreno, bajito, con gafas y discreto, muy discreto. Así es Félix Bolaños, el fiel peón de Pedro Sánchez en La Moncloa, que se ha querido mantener siempre en un segundo plano. Hasta que su cara ilustró todas las portadas el día de la exhumación de Francisco Franco. Se situaba junto a la ministra de Justicia y notaria mayor del reino, Dolores Delgado. Él, secretario general de la Presidencia, se había encargado de que todo lo relativo a la salida del dictador del Valle de los Caídos saliese como quería el presidente. No falló nada. Desde ese día, Bolaños dejó de ser invisible para pisar a diario la sombra de Sánchez allí donde va.

Junto al jefe de gabinete del presidente, Iván Redondo, forma un perfecto equipo de obras públicas. Este último las diseña y Bolaños las ejecuta. En Moncloa hay quien incluso les llama ‘Oliver y Benji’. Su compenetración es total, hasta el punto de que este viernes, durante la celebración del Día de la Constitución, Redondo preguntaba por «mis chicos» en referencia a Bolaños y a algún otro miembro más del staff monclovita, tras un rato sin verlos. Al poco aparecía el secretario general de la Presidencia y fundían sus miradas.

Nacido en Madrid en 1975, número 1 de su promoción tanto en el curso general de Abogacía como en el curso especial de Derecho Laboral, este letrado del Banco de España conoció a Pedro Sánchez en el PSOE de Madrid, del que formó parte de la Ejecutiva. Al llegar este último a la Secretaría General le nombró secretario de la Comisión Federal de Ética y Garantías y tres años después coordinador para la elaboración del nuevo Reglamento Federal de Desarrollo de los Estatutos del PSOE. La confianza del presidente del Gobierno en él es total.

Desde la Secretaría General de la Presidencia, además de coordinar las tareas de exhumación de Franco, Félix Bolaños ha sido el encargado de estudiar al detalle todo lo relativo al pacto de gobierno con Unidas Podemos. A cada nueva propuesta o exigencia de los morados, él estudiaba su viabilidad y daba luz verde o no al equipo negociador. Nadie tiene dudas de que su lealtad al presidente y su efectividad serán premiadas con un ascenso en el próximo gobierno. ¿Ministro? Algunos le ven con una cartera. Él bromea con eso.